Dani Ren: “Sacar una canción es compartir un pedacito de ti”

Muchos le conocimos como Bruno en La Gira, la serie que marcó una generación de adolescentes en Disney Channel. Pero hoy, Dani Sánchez, más conocido como Dani Ren, pisa fuerte en la música con una propuesta personal, sincera y libre. Acaba de lanzar un nuevo single y hablamos con él sobre el pasado, el presente y el arte de crear desde el corazón.

Dani, nuevo single… ¿Qué se siente al sacar una nueva canción?

Pues bueno, al final, es un regalo. Poder compartir una canción, volcar tus emociones y que la gente las escuche, es un privilegio. A mí me hace mucha ilusión, sobre todo cuando alguien te dice: “Wow, me ha encantado, la tengo en bucle”. Para mí, sacar una canción es como sacar un pedacito de ti y recibir ese feedback es maravilloso.

Mucha gente te recuerda por tu etapa en Disney Channel, en La Gira. ¿Cómo se vive algo así siendo tan joven?

Como un sueño. Soy de la generación que creció con High School Musical, Camp Rock, los Jonas Brothers… Para mí eso era lo máximo. Me presenté al casting de La Gira cantando “Introducing Me” de Nick Jonas y, de repente, estaba viviendo todo aquello con lo que soñaba. Fue increíble.

Actualmente, muchas series están de vuelta. ¿Os habéis planteado un reencuentro?

¡Buah! Sería espectacular. Si alguna plataforma quisiera hacer un reencuentro dentro de su programación, sería genial, pero lo veo difícil.

¿Sigues en contacto con los compañeros de la serie?

Sí, sobre todo con Paula. Ahora ha sido mamá y le voy preguntando qué tal está. Con Lucía también he hablado de vez en cuando, y con Ramón hablo bastante. Pero, claro, al final tenemos vidas diferentes, vivimos en ciudades distintas… y eso lo complica todo.

¿Te ha costado desvincularte de Bruno para decir “yo soy Dani”?

No, la verdad es que no. Bruno es parte de mí y solo me ha traído cosas buenas. Lo llevo con orgullo. Me sigue sorprendiendo que, después de tantos años, alguien me pare por la calle y me diga: “¿Tú eras Bruno?”. Es muy bonito, porque siempre es desde el cariño.

¿Cuál es tu mejor recuerdo de aquella etapa?

Sin duda, el día que grabamos el vídeo de las orejas de Mickey. Era como el símbolo máximo de estar en Disney. Lo habían hecho Selena Gómez, Demi Lovato, Miley Cyrus… y de repente, lo hacíamos nosotros. No he reenviado tanto un vídeo en mi vida, ¡mis amigos incluso tienen un gif de broma con eso!

Cuando la serie terminó, ¿cómo lo viviste?

Fue duro. Pensábamos que habría una tercera temporada y no fue así. Pero al final, nada dura para siempre. Salí algo desubicado. Me apetecía hacer más cosas, pero también me surgieron dudas: ¿Sigo con a interpretación o me centro en la música?

Y te decantaste por la música. ¿Por qué?

Porque me pone los pelos de punta. Podría contarte otra cosa, pero esa es la verdad. Empecé en la música casi por casualidad, gracias a mi mejor amigo, que en paz descanse. Él tocaba la guitarra y un día me hizo cantar. Yo ni siquiera sabía que cantaba. A partir de ahí formamos un grupo, aprendí a tocar la guitarra… y me enganché.

¿Componías ya entonces?

Sí, poco a poco. Lo curioso es que mis mejores ideas me vienen en el coche. Me da mucha rabia porque no puedo grabar ni tocar nada en esos momentos. Voy cantando hasta llegar a casa y ahí lo grabo con el móvil. No tengo un método; es pura inspiración, muy caótica, pero muy mía.

¿Te gustaría dedicarte únicamente a la música?

Me encantaría, pero también conlleva una gran presión emocional. Si lo das todo y no gusta, el golpe puede ser muy duro. Necesitaría estar muy preparado mentalmente para eso.

¿Ahora te sientes satisfecho con lo que haces?

Muchísimo. Lo hago desde una tranquilidad brutal, sin presiones de discográficas ni tiempos de entrega. Las canciones salen cuando tienen que salir. Igual no es lo más eficaz a nivel de marketing, pero para mí es lo correcto.

Las redes sociales hoy en día son clave. ¿Te suponen una carga?

Totalmente. Ser artista hoy no es solo cantar o componer. Tienes que ser editor de vídeo, community manager, creador de contenido… y eso desgasta. A veces te preguntas: ¿cuándo disfruto yo de lo que acabo de sacar?

¿Sueles mirar los likes?

Cero. No oculto los likes ni los comentarios, pero no me obsesiono. Ayer lancé el nuevo tema y con que lo escuchen quienes siempre han estado ahí, para mí es suficiente. La calidad de quien lo recibe es más importante que la cantidad.

¿Tienes alguna canción favorita entre las que has sacado?

Es difícil, pero creo que No soy perfecto es la más significativa. Es una canción que me canto a mí mismo, muy personal, donde hablo de mis miedos y mis inseguridades. Me gusta también Pasó de moda, por la energía. Pero No soy perfecto es la que mejor me representa.

Y esta última canción, ¿qué transmite para ti?

Es una canción que habla de lo bonito de una relación. No es empalagosa, es más gamberra y divertida. Habla de esas ganas de hacer locuras por alguien y de no poder esperar a volver a verle.

¿Crees que hay alguna conexión entre la pareja de Bruno y Carol y tu nueva canción?

Yo creo que sí. Y si esta canción la hubiera tenido que componer alguien, habría sido Carol. Sin duda. Ella estaba todo el día como loca por encontrar a Bruno, por saber dónde estaba, qué le pasaba… Quiero verte podría haber sido perfectamente su canción. Es un muy buen ejemplo de lo que quiere transmitir.

¿Te gusta escribir sobre el amor o prefieres otros temas?

Me gusta escribir sobre cómo nos sentimos. Tiempo de descuento, por ejemplo, habla de eso: de aceptar el presente, de no mirar tanto al pasado ni al futuro. Me encanta reflexionar con las letras, es lo que más disfruto.

También tienes videoclips muy cuidados. ¿Cómo los trabajas?

Los primeros fueron más elaborados, sí, pero últimamente estoy trabajando con gente de confianza. Julia me ayuda muchísimo con los vídeos y las fotos, y con Arnau la producción va rodada. Tengo un equipo muy pequeño, pero muy potente.

Si pudieras pedir algo para dentro de diez años, ¿qué sería?

Quedarme como estoy. Yo creo que ahora mismo estoy genial, estoy muy bien. Pedir más también tendría sus consecuencias, seguramente. Pero sobre todo, lo que no quiero es ir a menos. No, eso no. No me contento con cualquier cosa, pero si le puedo pedir algo a la vida, es estar igual de bien que estoy ahora. Sin más. Ni más, ni menos.

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