Carolina: “También escribo sobre la crisis existencial de los 30, no solo sobre el desamor”

Tras un tiempo de silencio musical, Carolina García regresa con una nueva etapa artística y personal que la está llevando a conectar más que nunca con su público. Con un estilo cada vez más íntimo y una narrativa honesta, la cantante presenta un nuevo single que ya está teniendo una gran acogida. En esta entrevista, nos habla del proceso vital que ha inspirado sus nuevas canciones, de la ruptura que marcó un antes y un después en su carrera y de cómo está viviendo esta etapa de reconstrucción y empoderamiento.

Carol, estás en un gran momento. ¿Qué nos puedes contar al respecto?
Os puedo contar que estoy muy ilusionada con esta nueva faceta. Llevaba mucho tiempo sin lanzar música propia, y esto siempre ilusiona, ¿no? Es un nuevo comienzo, un nuevo equipo y unas canciones que me identifican más que nunca. Todo parte de un proceso vital que me ha llevado a componer lo que estoy sacando ahora. Estoy muy contenta, la verdad.

¿Crees que ahora es cuando más identificada te sientes con tus canciones y más cómoda estás con tu relación con la música?
Sí, totalmente. También porque ahora es cuando más estoy componiendo, y eso me hace muy feliz. Antes tenía una vida más estable: mi pareja, mi casa… otro estilo de vida. Era más complicado encontrar la inspiración, y muchas veces me basaba en historias ajenas. Ahora todo nace de vivencias propias, y eso me permite expresarme mejor. Es mucho más gratificante componer desde ahí, porque sientes que lo que cuentas puede ayudar a otras personas a identificarse también.

“Dejé la música durante mucho tiempo… hasta que entendí que no podía abandonar lo que más amo”

Has hablado de un proceso vital. ¿Te gustaría contar un poco más para quienes no lo conocen?
Sí, claro. No es ningún secreto porque siempre he compartido gran parte de mi vida en redes. Yo tenía una vida estable en mi ciudad, en pareja, y todo cambió cuando decidí mudarme. Empecé completamente de cero. Dejé esa relación y mi vida cambió totalmente. No diría que ahora es más interesante, simplemente es distinta: más altibajos, nuevas experiencias, nuevos lugares y gente diferente. Y en ese proceso de ruptura también uno aprende mucho sobre sí mismo y sobre su capacidad para superar obstáculos.

¿Qué has aprendido de esa etapa?
Mucho. Fue una relación muy intensa. Compartíamos muchas cosas, sobre todo la música. Por eso fue tan visible en redes sociales. Pero eso también me enseñó que podía seguir haciendo todo sola. A pesar de ello, tuve un break muy grande con la música porque la tenía muy ligada a él. Pero un día dije: “No puede ser que por una persona o situación deje lo que más amo en la vida”. Así que volví. Y eso me ha hecho muy independiente. Ahora me siento empoderada y con muchas ganas.

“Soy muy explícita en mis canciones, cuento lo que ha pasado tal cual”

Hay algo mágico en que alguien escuche una canción y sienta que verbaliza justo lo que está viviendo. ¿Esa es una de las claves de tu música?
Sí, totalmente. Y además yo soy bastante explícita. Si algo ha pasado así, lo canto así. Hay amigas que me dicen que a veces debería ser menos concreta, que así la gente se identifica más. Pero yo no puedo. Me nace así, lo siento así y me gusta hacerlo así.

¿Eso no te da vértigo, mostrarte tan transparente y que la gente te conozca tanto a través de tus letras?
Sí, da vértigo. Y por eso ahora no comparto tanto como antes. No sé si fue un error o no, porque también me ha llevado hasta donde estoy. Exponerse en redes es parte de este trabajo, pero también me ha ayudado mucho. Ha habido comentarios negativos, claro, pero también muchísimo apoyo. Ha sido un proceso agridulce, con mixed feelings, pero no lo cambiaría.

“Los comentarios negativos durante la ruptura fueron muy duros”

¿Cómo lidias con los comentarios negativos, sobre todo sabiendo que pueden afectar a la salud mental?
Por suerte no he recibido hate a nivel físico o insultos gordos, pero sí comentarios dañinos, sobre todo durante la ruptura. Como la relación era tan pública, mucha gente me preguntaba cosas o me mandaba rumores. Y, claro, yo estaba intentando hacer contacto cero, y eso no ayudaba. Pero entiendo que no lo hacían con maldad. Tengo la suerte de tener una comunidad pequeña pero muy bonita, que me apoya y está ahí de verdad.

¿Cómo ha recibido esa comunidad tu nuevo trabajo?
Muy bien, la verdad. Había muchas expectativas porque llevaba mucho tiempo sin publicar nada. Hay gente que se ha quedado enganchada a mis covers, porque yo empecé así, y me siguen pidiendo versiones. Pero yo ahora quiero que la gente me conozca por mis canciones, por lo que escribo y me representa. Estoy en ese proceso de recordar al público que estoy viva y que sigo aquí.

¿Te esperabas esta acogida tan cálida tras tanto tiempo fuera?
El vértigo está siempre, claro. Da miedo darte la hostia después de estar tanto tiempo parada. Pero tengo un equipo muy guay que me ayuda mucho, y también seguidores fieles que me siguen desde hace más de 10 años. A veces pienso: “¿Yo sigo a alguien desde hace tanto tiempo?”. Es muy heavy, y me emociona.

“Mi referente es Taylor Swift, sobre todo por su forma de componer”

¿Te has inspirado en algún artista durante este tiempo?
Siempre he sido muy fan de cómo compone Taylor Swift. Creo que compartimos ese estilo narrativo, muy descriptivo. La escuchaba mucho de adolescente, y aunque su estilo haya evolucionado, esa parte antigua de ella está en mí. Así que sí, a nivel composición, es mi mayor referente.

“También escribo sobre la crisis existencial de los 30, no solo sobre el desamor”

Tus nuevas canciones están marcadas por el desamor, pero también por una introspección más existencial, ¿no?
Sí, he escrito mucho sobre el desamor, claro, pero también sobre cómo me he sentido durante todo ese proceso. No solo a nivel de pareja, sino a nivel personal. Voy a cumplir 30 y a veces me siento perdida. Parece que a esta edad tienes que tenerlo todo resuelto: pareja, hijos, estabilidad… Y no es así.

¿Sientes esa presión social, especialmente como mujer?
Sí, 100%. A un chico no le preguntan en una entrevista si a los 30 se plantea ser padre. A nosotras sí. Nadie me lo dice directamente, pero está en el ambiente. Mi madre me tuvo con 27, y yo estoy a punto de cumplir 30 y ni siquiera tengo pareja. Estoy intentando dedicarme a la música, que no es un camino estándar. Es complicado, pero intento que no me atormente. De momento estoy feliz así. Y bueno, ya lo contaré en canciones.

Al fin y al cabo, con ser feliz ya es suficiente.
Totalmente. Lo importante, al fin y al cabo, es ser feliz. Y ahora mismo diría que estoy en un momento superfeliz: estoy haciendo lo que me gusta, viajando, conociendo a gente… no tengo ninguna queja, la verdad.

Nos decías que compones desde lo que te pasa por la cabeza: ideas, miedos, vivencias… pero ¿cómo es enfrentarte a la hoja en blanco?
Normalmente parto de una idea. A veces estoy por ahí, saco el móvil y apunto una frase o una palabra, o incluso grabo una nota de voz. O se me ocurre un título y pienso: “Ostras, esto es un buen título para una canción”. A partir de ahí desarrollo la idea. Siempre surge de algo que estoy sintiendo, algo que me perturba un poco.

“No puedo sentarme con la guitarra sin saber de qué quiero hablar”

¿Empiezas siempre por un título? Hay artistas que no pueden escribir sin uno.
No necesito un título como tal, pero sí un concepto. No puedo sentarme con la guitarra sin saber de qué quiero hablar. Me tiene que estar rondando algo por la cabeza. A veces una frase clave o un estribillo me dan el empujón, pero no es obligatorio.

¿Cuál es la parte más difícil del proceso de composición? Y, cuando ya tienes la canción, ¿te gusta escucharte?
Cuando hago una guía en mi cuarto con la guitarra y el móvil, la escucho en bucle. Luego me pasan la producción, y también la pongo en bucle. Pero cuando sale oficialmente, ya no quiero oírla más [ríe]. Ya está fuera, que la escuchen los demás. Me pasa que las quemo antes de que salgan. Ahora mismo ni siquiera escucho las canciones que estoy publicando; estoy más centrada en las que están por venir.

¿Cuántas canciones has publicado en total?
Uf, no lo sé exactamente. Hubo una época en la que publicaba un cover semanal, y tengo un buen catálogo en Spotify, iTunes… puede haber unas 60 canciones. Pero si hablamos de temas propios, no son tantos. Este es mi tercer tema original como parte de esta nueva etapa de mi proyecto como artista.

Hace poco Lana Del Rey fue criticada por leer la letra en el móvil durante un concierto. ¿Qué opinas?
Me parece lo más normal del mundo. ¡Somos humanos! Yo también me he equivocado. A veces estoy en una entrevista y me pierdo en la pregunta. Me cuesta focalizar. Así que lo entiendo perfectamente. Me parece superhumano que saque el móvil, como haría cualquiera.

¿Tienes nervios antes de salir al escenario? ¿Eres supersticiosa?
Supersticiosa no, pero nerviosa, muchísimo. Me vienen pensamientos intrusivos: que me equivoque en la letra, que desafine, que no coja bien el tono… Subirte a un escenario es asumir muchos riesgos, y sabes que hay móviles grabando. Pero una vez canto la primera canción, ya me relajo y digo: “Venga, ya está, ahora a tirar”. Y los nervios nunca se van del todo. Incluso los artistas más grandes dicen que siempre tienen mariposas en el estómago.

¿Miras al público a los ojos o fijas la vista en un punto?
Mirar cara a cara me pone nerviosa. Creo que eso se gana con la experiencia. Siempre hay alguien en quien te fijas, sobre todo en las primeras filas, pero en general intento no mirar a todos directamente porque me distraigo.

Imagina que hacemos esta entrevista dentro de 10 años. ¿Dónde te gustaría estar?
No te voy a decir que quiero ser una superestrella y llenar un WiZink… aunque ojalá, claro. Pero te prometo que me conformaría con poder decir: “Me dedico a la música”. Ya sea desde la sombra, componiendo para otros artistas, produciendo, o estando sobre el escenario. Todo lo que esté ligado a la música me apasiona. Eso ya sería un triunfo.

¿Cómo reaccionó tu familia cuando decidiste dedicarte a la música?
No vengo de una familia de artistas, y al principio no les sentó muy bien. Estudié Derecho, aunque no llegué a terminar la carrera, me quedé en tercero. Siempre han estado con el runrún de: “¿Por qué no terminas?”. Pero ahora son mis mayores fans. Cada vez que saco una canción la comparten, la escuchan en bucle… Están felices. Pero como padres, claro, tienen miedo, piensan en tu futuro. Y la música es algo inestable, les da miedo… y a mí también, claro.

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *

Back To Top